Para ganar a Cristo



"Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo"
Filipenses 3:8.

Ay! Pablo, ese hombre de carne y hueso que asesinaba cristianos nada menos, un enemigo de Cristo. ¿Cómo llegó a este punto? ¿Cómo escribe esto? ¿Cómo sucedió? ¿Cómo pasa de ser asesino a dar su vida por Cristo?
"Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis" Juan 13:15.

Ejemplo tenemos de ese milagro en personas iguales a nosotros, pecadores redimidos... pero ellos... lo alcanzaron, vieron el rostro de Dios y lo adoran en espíritu y en verdad.
"Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren" Juan 4:23.

Ese milagro es posible y alcanzable entonces,  esta alli y para nosotros también.   Podemos acercarnos...
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" Hebreos 4:16.

¿Qué necesito para alcanzarlo? Renunciar, morir a mis deseos y derechos, no vivir ya más mi vida, entregarla... ya no vivir yo sino que viva Cristo en mí.
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí"
Gálatas 2:20.

Aún cuando esa entrega, esa renuncia, nos conduce hacia la incertidumbre, hacia un camino como extranjeros y peregrinos... a ser rechazados y menospreciados, ser expuestos, quizás lastimados una y otra vez.
Aún así estar agradecidos por sufrir por Cristo puesta la mirada en la recompensa eterna.
"Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón" Hebreos 11:26.

Fijando nuestros ojos en la eternidad , pensando en el momento de presentarnos ante nuestro Rey y ser tenidos por fieles.

¿Cómo se llega a eso? No nos quedamos idealizando o admirando lo que Dios hizo en ellos, sino que luchamos, nos arrodillamos, clamamos por esa misma gracia para con nosotros.
Ciertamente no la merecemos.
Si miramos a Pablo ese "Superhombre" nos parecera inalcanzable, pero Dios que es fiel y justo completará su obra.
"Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" Filipenses 1:6.

"Señor sé que no soy digna, ni merecedora de tu gracia,  pero podrías tomar estos "huesos secos" y darles vida para glorificarte cada instante hasta la muerte, para menospreciar mi vida y mi bienestar , recordando y sellando mis ojos con tu eternidad. Amén".

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