Mi único bien y herencia
"¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia!
Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas” Salmo 36:7.
"En celda solitaria me encuentro detenido,
Atado por amor a Cristo, testigo a su verdad;
Las paredes son gruesas, mas las puertas abiertas.
Dios es mi fuerza, mi reposo y solaz”
(Carta para JERONIUS SEGERSON, escrita en la prisión de Amberes a su esposa, llamada Lysken, la cual se hallaba también allí).
"La misericordia de Dios es continua” (Salmo 52:1), como un río incesante que fluye sin descanso, siempre fresco y abundante para las almas sedientas.
Oh Dios, que pueda encontrarme siempre recurriendo a ti, dame una memoria anclada a tu verdad, pues soy débil y flaquea mi fe constantemente.
Permíteme aferrarme a ti mi Dios, que no olvide ninguno de tus beneficios, los grandes y sublimes tesoros que hallo en ti, tú eres incomparable.
Sé mi refugio y firme seguridad y que pueda llegar a ti admirada y confiada hasta el final. Sé tu mi único bien y herencia.
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