Él no tuvo ojos para nada más
"Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo” Juan 6:15.
De maneras asombrosas, increíbles e irrepetibles, Jesús mostró ser el Hijo de Dios caminando en este mundo.
Todos le miraban a su paso, todos esperaban ver lo que habían oído de él, pero Jesús sobrepasaba con creces toda expectativa. Increíble y de carne y hueso, hombre como nosotros, pero con la sabiduría y poder de quien sostiene el universo.
Una y otra vez sus manos tocaban y sanaban, sus labios hablaban y corazones eran transformados. Demonios a su paso huían y multitudes eran liberadas. Nada podía oponérsele, nada más fuerte que él. Invencible, inigualable, aquél hombre de Nazaret no era de este mundo…
"Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo” (Juan 6:15).
Pero Jesús...
Jesús no era de este mundo. No amó ni por un segundo lo que éste podía ofrecerle. Él no vino a ser honrado, a recibir gloria ni aplausos, no vino a ser exaltado entre nosotros…
Él vino a morir, a pagar el precio que nadie más podía pagar. Vino a humillarse, a ser rechazado y traicionado. Vivió cada día con un único fin: morir en una cruz por los pecadores. Iba a hacerse maldito por los malditos, y nada le apartó de su cometido. Nada jamás brilló más, nada cautivó su corazón en este mundo, él no tuvo ojos para nada más.
Nuestro ejemplo
Jesús es nuestro ejemplo asombroso y sublime, él buscó la gloria que viene de arriba, mantuvo sus ojos en la eternidad como firme ancla y nada pudo vencerle. Él es nuestro ejemplo. Se humilló hasta lo sumo, hasta la muerte y muerte de cruz.
Y un día sí... le veremos exaltado sobre todo, sublime en su gloria inigualable y todos reconocerán que el Cordero es digno...
Nosotras… ¿dónde tenemos fijos nuestros ojos? ¿para qué caminamos y vivimos? ¿estamos dispuestas a pagar el precio por la sublime recompensa en los cielos, o nos cautivan las luces fugaces de este mundo y roban nuestros tesoros?...
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