Muéstrame Señor
2 corintios 7:1
“Limpiémonos de toda inmundicia
de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios”
¿Eres recientemente bienvenida en
los caminos del Señor, o ya una creyente de años?
Aunque la sangre de nuestro Señor
en la cruz pago por todos nuestros pecados y en el momento de conocerle nos
parece experimentar algo así como una liberación total de nuestras cargas y
culpas, debemos entender que allí fue solo el comienzo de un largo camino que
durara toda nuestra vida. El camino de la santificación, de la lucha contra el
pecado, pecados que no creemos tener, el camino hacia la
perfección, el de dejarnos pulir en cualquier circunstancia y etapa por la que
atravesemos, el camino hacia un carácter sumiso y dócil.
Debemos ser conscientes en todo tiempo, que el pecado y la naturaleza de pecado, nos acompañara
hasta la muerte de este, nuestro cuerpo de carne terrenal; por lo que la
batalla es hasta el final, diaria y hasta el final.
Pablo conocía que a pesar de
todos sus logros aún no había alcanzado la perfección (filipenses 3:12, 13, 14)
y este conocimiento no impedía que
continuara hacia la meta, sabía que aún tenía el cuerpo del pecado. “…
me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de santanas que me abofetee,
para que no me enaltezca sobremanera…” 2° corintios 12:7 y el era Pablo!!! Cuanto más nosotras!!!
Clamemos fervientemente al
Espíritu Santo su ayuda para poder ver aun nuestro pecado más oculto, su
consuelo y fuerza para enfrentarlo, reponernos y atacarlo directamente; la
gracia y guía del Señor para volver a
sus pies dispuestas a una nueva entrega.
“Dos oraciones” por Charles Spurgeon:
Te diré dos oraciones para que ores. Primero di esta
oración: “Señor, muéstrame como soy.” Esa es una oración sencilla para ti.
Señor, muéstrame como soy; muéstrame mi corazón; muéstrame mi culpa; muéstrame
el peligro en que estoy; Señor muéstrame como soy”. Y cuando hayas dicho esa
oración, y Dios la haya respondido, y te haya mostrado como eres, aquí tengo
otra plegaria para ti: Señor, muéstrate
a mí. Muéstrame tu obra, tu amor, tu misericordia, tu cruz, tu gracia.”
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