CUANDO UN AMIGO SE VA ,OREN !





Muy a menudo vemos que la voluntad de Dios trasciende sobremanera a nuestros propios planes.
Sus pensamientos son más altos que los nuestros (Isaías 55:9), y al renunciar a nosotros mismos cumpliremos su voluntad. 

“Ahora estoy obligado por el Espíritu a ir a Jerusalén. No sé lo que me espera allí, solo que el Espíritu Santo me dice que en ciudad tras ciudad, me esperan cárcel y sufrimiento; pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios”.
Hechos 20:22-24


“Que no se piense que Pablo se fue de Asia por miedo a la persecución; él está esperando problemas, pero resolvió seguir adelante bien seguro de que era mandato divino. Gracias a Dios que no sabemos las cosas que nos sucederán durante el año, la semana o el día que ha empezado. Para el hijo de Dios basta con saber que su fuerza será igual a su día. No sabe ni quiere saber qué traerá el día por delante. Aunque espere persecución y aflicción, el amor de Cristo le constriñe a seguir”. 
Comentario Bíblico Matthew Henry

“Pablo se dirige  a los ancianos de la iglesia de Éfeso, (Hechos 20:17 -21) Primero recordando todo lo que vivieron, y los ancianos sabían que Pablo era un predicador fiel al Señor, que predicaba la fe y el arrepentimiento, y su vida era de buen testimonio.

Pablo les había predicado el verdadero Evangelio, (Hechos 20:25- 32)
“Pero estaba muy preocupado por lo que seria de ellos. Pablo los guía a mirar a Dios con fe, y los encomienda a la palabra de la gracia de Dios, no solo como fundamento de su esperanza y su fuente de gozo, sino como la regla de su andar”. 
Comentario Biblico Matthew Henry

Sin duda Pablo fue un ejemplo para ellos y para nosotros al dejar toda preocupación a los pies de Cristo, y reforzar su fe con las palabras de Jesús: “Mas bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:33 - 35).
Dios da a todos y no recibe de nadie. 
Pablo confiadamente sabía que debía seguir su camino en obediencia y que el Señor continuaría obrando en la iglesia. 
Imagino esa despedida, muy dolorosa con lágrimas, abrazándose una y otra vez. Pero Pablo sabiamente nos deja otra enseñanza: arrodillarse con ellos y orar, encontrando el consuelo de que Cristo estaba en medio de ellos, que la esperanza de estar ante el trono de Dios, era la misma (Hechos 20:36).
No hay unión más fuerte que ésta, y nada se le compara. 
Así que cuando un amigo en la fe se vaya, despidámonos orando, sin dejar de orar los unos por los otros hasta que estemos en la presencia del Señor.

“Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.”

1 Tesalonicenses 5:17-18 NTV

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